A
continuación voy a hacer una reflexión de este bloque, dividiéndolo en tres
partes: la primera será una reflexión de lo que hemos dado en clase; la segunda
cómo lo trataron conmigo cuando era pequeño y como lo han tratado en las
prácticas y la tercera como pienso trabajarlo yo en el futuro. Para empezar, me gustaría decir que en el
ámbito de la literatura, los textos folclóricos tienen mucha importancia. Por
ejemplo, todos conocemos muchos cuentos que nos han ido contando nuestros
padres, abuelos… Pero lo que no sabemos es que la mayoría son cuentos
folclóricos, por lo que es muy fácil escuchar distintas versiones de la misma
historia. Ahora, me gustaría analizar los cinco puntos más importantes de este
tema: La literatura folclórica, el teatro folclórico, la poesía folclórica, los
cuentos folclóricos y los grandes recopiladores.
La
literatura folclórica, que engloba los tres siguientes puntos (teatro, poesía y
cuentos folclóricos), es un apartado muy importante de este bloque. Para
empezar hay gran parte de la literatura que muchos estamos acostumbrados a
escuchar y a oír que es folclórica, y que la mayoría de la gente no lo sabe. El
hecho de que no tenga autor, y de que esté en constante evolución y desarrollo
es lo que hace de esta literatura tan rica e interesante. Es muy posible que
mucha de la literatura que escuchamos actualmente no se parezca en nada a la
que se escuchaba hace mil años. Otro dato importante de esta literatura folclórica
es que no se sabe cuál fue su principio. Algunas puede que sean un
acontecimiento llamativo ocurrido hace muchos años, que al ir pasando de boca
en boca han cambiado radicalmente. Otras es probable que se las inventase
alguien para entretener y de ahí se ha ido modificando hasta la actualidad.
Todo esto y más hace de este tipo de literatura una de las mejores para la
educación.
El teatro
folclórico no es tan abundante como los otros tipos. Fue muy importante en el
pasado, ya que al no disponer de la tecnología de la que disponemos hoy en día,
era una de sus grandes formas de entretenimiento. Es muy útil para trabajar con
los niños, y hacer representaciones. Y lo mejor de todo es que al ser
folclórico se puede modificar para que sea más fácil para los niños. También se
puede trabajar con los “títeres de cachiporra”, aunque eso es un poco más
complicado, y se ha ido perdiendo mucho en la actualidad. Aun así, sería muy interesante utilizarlos en clase, ya que
estos títeres fueron creados para entretener a niños.
La poesía
folclórica es un punto importante dentro del bloque 2. Es muy útil para
trabajar con niños, ya que al tener rima, es más fácil de memorizar para ellos
que otras cosas. Respecto a la poesía folclórica, si hay más obras conocidas. Esto
se debe a que había muchos trovadores y juglares, que recitaban mucha poesía
(muchas veces cantada). Toda esta poesía era folclórica, y oral. Mucha se ha
conservado ya que se pasó a escrita. Otra, se conoce porque se ha ido pasando
generación tras generación hasta la actualidad. Pero lo que es importante de
esta poesía es que aunque alguna se ha conservado de forma escrita, siempre era
oral. Hay alguna forma de identificar la época en la que pudo ser creada la
poesía, aunque al ser folclórica, las modificaciones pueden alterarlo. La
característica que más te puede indicar la época es la temática. Hay muchas que
la temática es caballeresca, de amor, de fiestas… Y con eso se puede hacer una
suposición de cuando se creó la obra, pero nunca se puede saber seguro ya que
es folclórica.
Los cuentos
folclóricos son lo más conocido del folclore. Y esto se debe a la gran cantidad
de cuentos folclóricos que existen y que se continúan contando. Algunos de
ellos son muy conocidos actualmente debido a que Disney los ha utilizado para
crear películas, modificándolos y adaptándolos para los niños. Esto es muy
importante, ya que la mayoría de la gente piensa que los cuentos folclóricos
son cuentos para niños, y esto se debe a que lo que he comentado anteriormente
de Disney. Pero estos cuentos, fueron creados por adultos para entretener a
otros adultos. Hace muchos años, cuando la gente terminaba de trabajar y se
hacía de noche, se sentaban todos juntos en hogueras y se contaban historias,
ya que era su forma de entretenerse. Estas historias (que están muy modificadas
actualmente) eran relatos que se inventaban con el fin de entretener al resto
de la gente, e incluían asesinatos, violaciones… Ya que anteriormente no era
tan extraño que estas cosas sucediesen, lo incluían en sus cuentos. Lo bonito
de todo esto es que estos cuentos se han seguido contando y muchos de ellos no
se han perdido. Pueden ser una herramienta muy útil con los niños para trabajar
distintos aspectos, no solo la lectura. Por ejemplo, al ir contando un cuento
folclórico, es muy posible que algunos lo conozcan de una manera y otros de
otra distinta. Así se les puede hacer comprender que no hay uno correcto, sino
que los dos son igual de válidos e importantes.
Los grandes
recopiladores han sido fundamentales para la conservación de la literatura
folclórica, especialmente de los cuentos. Si no fuese por los hermanos Grimm y
Hans Christian Andersen, no conoceríamos ni la mitad de cuentos folclóricos que
conocemos hoy en día. Y eso hace que sean tan importantes. Hay muchos cuentos
que fueron recopilados por ambos, y lo bonito de eso es que cada uno tiene su
versión.
Así que como
conclusión de este apartado, me gustaría decir que es un bloque importante,
pero no el que más, ya que aunque el folclore se trabaja en toda la etapa de
primaria, hay otros bloques que trabajan algunos conceptos y temas más
importantes para esta asignatura.
Ahora
hablaré de cómo lo trataron conmigo de pequeño y como lo han trabajado cuando
yo estaba de prácticas. El mayor recuerdo que tengo de haber trabajado textos
folclóricos cuando yo estaba en primaria es de 4º, que tuve una tutora que
apreciaba y valoraba mucho los cuentos, por lo que todos los viernes, en los
últimos veinte minutos de la clase de lengua nos contaba cuentos populares que
ella conocía (algunos de ellos eran los de Disney, pero nos contaba otras
versiones), y recuerdo que siempre había alguien que conocía los cuentos, pero
que los había oído con una versión diferente. También recuerdo que nos
encantaba a todos, y que siempre estábamos esperando a que llegase el viernes
para que nuestra profe nos contase cuentos. Respecto a la poesía folclórica no
tengo ningún recuerdo en especial, seguro que la trabajamos pero no me acuerdo.
Pero sí que recuerdo algo del teatro folclórico: los “títeres de cachiporra”.
Todos los años, 6º preparaba una obra de títeres que se inventaban los propios
niños y representaban. Además, ellos mismos creaban los títeres. Encima sí que
era folclórico, ya que hubo algunos años en los que el curso de 6º quería
continuar con lo que habían hecho los que estaban en su mismo curso el año
anterior. Tengo muy buen recuerdo tanto de verlo como de representarlo y
crearlo.
En cambio,
durante mi periodo de prácticas, casi no vi nada relacionado con los textos
folclóricos. No sé si esto se debe a que en mi centro se les da poca
importancia o a que solo estuve dos meses. Lo único que vi fue un día en
tercero de primaria en el que un niño hizo alusión a un final de caperucita que
él conocía (no todos los niños de la clase conocían a caperucita, había unos
cuantos que nunca habían oído nada de ella), y otros le dijeron que esa
historia no era verdad, que el final era distinto. Y un día leímos un texto
para una clase de comprensión lectora que era folclórico, aunque ellos no
notaron ninguna diferencia con el resto.
En el
futuro, me gustaría trabajarlo como hizo mi profesora conmigo cuando yo estaba
en 4º de primaria (he explicado anteriormente lo que hacía). Es posible que
algunas historias se te olviden, o solo te acuerdes de partes, pero muchas de
ellas se te quedan, y luego es muy bonito cuando escuchas a alguien contarlas
unos años después y recordar todo aquello. Además, a todos nos encantaba, y
siempre estábamos esperando a que llegase el viernes para que la profe nos
contase cuentos. Recordar algo que es importante para la literatura con tanto
cariño es algo que me gustaría conseguir con mis alumnos, y me encantaría
intentar hacer lo mismo que hacía mi profesora, el viernes dedicar los últimos
20 ó 30 minutos a contar cuentos folclóricos (lo de que sea viernes está genial
porque es cuando los niños están más cansados, y como esta es una actividad que
les gusta y relaja, se consigue un gran efecto).
El teatro y
la poesía folclórica también me gustaría trabajarlos, aunque lo veo más
complicado porque no conozco tantas formas de trabajarlo que sean lúdicas (solo
como el teatro o la poesía normal). En cambio, los títeres de cachiporra si me
parece que pueden ser una herramienta muy buena para trabajar con los niños,
adaptando la obra y la representación a la edad de estos.
Esta reflexión está mucho mejor aunque la parte de tu futuro profesional debería incluir la poesía ¿cómo no va a ser lúdica si casi toda ella está relacionada con la música y con los juegos populares? Si los maestros no enseñan estos juegos y estas canciones, acabarán perdiéndose...
ResponderEliminarMuy bien.